lunes, 14 de diciembre de 2009

En su lugar

Hijo.- ¿Mamá, dónde está la remera celeste?

Madre.- ¿Cuál celeste?

Hijo.- La que me regalo la tía

Madre.- La guardé porque estaba tirada en el medio del paso

Hijo.- ¿Dónde?

Madre.- En su lugar

Hijo.- No está acá

Madre.-Buscá bien

Hijo.-Te digo que no está

Madre.-Fijate si no la puse para lavar

Hijo.-A ver...No, no está. ¿Dónde la metiste?

Madre.-¿Estás seguro que no está con la ropa sucia?

Hijo.-No

Madre.-Mirá si no está para planchar

Hijo.-¿Dónde esta la pila de planchar?

Madre.-En su lugar.

Hijo.-Yo no plancho, ¿dónde?

Madre.-En el lavadero, en la cesta grande.

Hijo.-No la encuentro

Madre.-¡Buscá bien, por favor!

Hijo.-No, no está.

Madre.-A ver, correte. ¿Es está?

Hijo.-No, esa es otra.

Madre.- ¡Ah! no sé entonces. Yo decía esta.

Hijo.-La que tiene unas letras grandes blancas.

Madre.-¿Esta es?

Hijo.-Sí, ¿dónde estaba?

Madre.-Con los trapos viejos para limpiar.

Hijo.-¿!cómo con los trapos viejos!?, ¿limpiaron con mi remera?

Madre.-Mirá lo que parece esa remera, un trapo.

Hijo.-Está nueva.

Madre.- No te vas a poner esa remera para ir a lo de Abuela en Nochebuena ¿no?

Hijo.-Sí, a mi me gusta.

Madre.-No, cambiate, pareces un croto.

Hijo.-Yo quiero esta, a mi me gusta.

Madre.- Hablá con tu padre.

Hijo.-Papá me deja.

Madre.-Carlos, vení un poquito por favor.

Padre.-¿Qué paso?

Hijo.-Mamá no quiere que me ponga esta para ir a lo de la Abu.

Padre.-Y está un poco vieja. ¿no?

Madre.-Es un desastre, estaba con los trapos viejos, imaginate.

Padre.- ¡Ah! Quiere decir que no solo está vieja sino que además está sucia.

Hijo.-No, pero no tiene olor.

Padre.-Ponete otra.

Hijo.-No quiero.

Padre.-Bueno, no vas.

Hijo.-Sí voy.

Padre.-Bueno cambiate y vas.

Madre.-Dale, apurate.

Hijo.-¡Ufa loco! Me tienen podrido ya.

Madre.-No rezongues.

Hijo.-¿Por qué no le dicen a él también?

Madre.-Porque es más chico y lo visto yo.

Hijo.-¡Un día me voy a ir y van a ver!

Padre.-Bueno avisanos y te hacemos la despedida con fiesta y todo.

Hijo.-Siempre lo mismo. Nunca puedo hacer nada.

Madre.-¿Podés apurarte un poquito, por favor?

Hijo.-Siempre reclamando.

Padre.-Hasta que te hagamos la despedida, sí.

Hijo.- Mamáááá, ¿las zapatillas?

Madre.-¿Otra vez? ¿Nunca encontrás nada?.

Hijo.- No, si las esconden.

Madre.- ¡Ay Diosanto, qué paciencia!


(fin)

5 comentarios:

Luciano dijo...

Me suena, me suena.

JP Chirinos dijo...

De un plumazo me voviste 15 años para atraz¡¡¡
Seremos todos tan parecidos?
Abrazos

santix dijo...

Jamas pense que el espionaje de Macri llegara hasta mi casa.
Quien te dio permiso para escribir sobre mi hijo y mi familia? Eh!

El del 0.33% dijo...

Ja! Parece que es más común de lo que pensé.

Saludos

Tincho dijo...

Jaaa! Seee re comun.